domingo, 19 de noviembre de 2017

TILINGOS Por Arturo Jauretche

TILINGOS Por Arturo Jauretche

TILINGOS Por Arturo Jauretche
[Revista Confirmado, junio 1966]
CONFIRMADO me propuso este tema. Pensé entonces que era la oportunidad para ofrecer una respuesta, entre las muchas que pueden articularse, a un interrogante que plantea José Luis de Imaz en Los que mandan; "¿Por qué, no obstante su peso económico, su rol en la modernización, y haber sido innovadores tecnológicos, los empresarios no pesan en la vida del país?".
O pesan al revés. Este es el caso de ciertos tipos de grupos económicos capitalistas, adscriptos a la política de la Sociedad Rural, ya consolidados dentro del viejo sistema agro-importador, que prefieren un mercado interno pobre en condiciones de monopolio a un mercado en crecimiento en condiciones de competencia, como los que apoyaron la política de contención del progreso en las Juntas Reguladoras de la Década Infame. Sólo que éstos sí saben lo que quieren.

Pero no voy a hablar de economía, sino del tema propuesto; de la forma en que la tilinguería impone sus pautas, y cómo ellas están perturbando el desarrollo de la inteligencia nacional y sus impulsos creadores.

Y ésta es cosa de que debe tomar cuenta también el político militante, si es que no sabe que el comité ha muerto definitivamente. Porque los estados de opinión, entre los cuales tiene importancia fundamental el slogan que surge de la cuestión de los status, pesan mucho más que una recluta que sólo vale para las elecciones internas.

En el Espasa Calpe se lee tilingo: "Argentinismo: Insustancial, ligero, que habla muchas tonterías". Segovia, en su Diccionario de Argentinismo", expresa: "Dícese de la persona simple y ligera que suele hablar muchas tonterías".

Los paisanos, de un tipo así, dicen; "Hombre sin fundamento".

Que un tipo que no produce diga, en una reunión de tipos que no producen, que no producen los únicos que producen algo, es tilinguería. En esto de producir, tenemos muchos productores rurales por el estilo que creen que la condición de productor la da la propiedad de una estancia, unos breeches y unas botas de polo, que viven en la ciudad -"porque mi señora dice que hay que educar a los chicos"- y dan una vuelta por el campo cada quince días. Productores rurales son los que trabajan y producen en el campo, que pueden ser patrones o peones, pero no los que no intervienen en la producción sino como propietarios, y que son rentistas aunque no arrienden. Estos también son de los que dicen que los "obreros" no producen. Y ya no desde la posición marginal del tipo del portafolio, sino empinándose como "fuerza viva" sobre la que descansa la economía del país.
Don Hipólito -desde luego, Yrigoyen es el Hipólito por antonomasia- decía "palangana". Supongo a esta expresión tradicional y fundada en la poca cosa y mucho ruido de la enlosada al caer retumbante.

Usted lo conoce al tilingo. Y si no lo conoce, ahí lo tiene al lado, en esta mesa de un café céntrico donde se han sentado cuatro o cinco tipos con portafolios.
Algún día habrá que escribir la historia del hombre del portafolio. Hubo la etapa de la posguerra con los "ingenieri" italianos recién llegados que escondían bajo el cuero -con una sugestión de planos y patentes de invención- el sandwich de milanesa del almuerzo. Ahora es posible que el portafolio contenga la cuarenta y cinco persuasiva, o la concluyente tartamuda portátil.

Pero esos que están en la mesa de al lado sólo llevan allí sueños, proyectos, hipotéticas transacciones. Andan a la búsqueda de enganchar algo, intermediar en alguna operación cualquiera para ganar una comisión, y muchas veces intermediando entre intermediarios. Generalmente se ayudan con el teléfono de un amigo que tiene escritorio y al que han pedido permiso para que les "dejen dicho". Ese teléfono, la mesa del café y el portafolio constituyen su establecimiento comercial.

Mientras llega "el asunto*', hablan de fútbol, de carreras, de política, de economía.

Cuando tocan estos dos temas últimos, nunca faltará quien diga: "Lo que pasa es que los obreros no producen". Ahí está el tilingo.
No se le ha ocurrido averiguar qué es lo que él produce y qué producen todos ellos, puntas sueltas, mallas erradas en la enorme red de intermediación que es Buenos Aires.
La tilinguería racista no es de ahora y tiene la tradición histórica de todo el liberalismo. Su padre más conocido es Sarmiento, y ese racismo está contenido implícitamente en el pueril dilema de "civilización y barbarie". Todo lo respetable es del Norte de Europa, y lo intolerable, español o americano, mayormente si mestizo. De allí la imagen del mundo distribuido por la enseñanza y todos los medios de formación de la inteligencia que han manejado la superestructura cultural del país.Inevitablemente, éstos y otros representantes de la tilinguería son los que, ante la menor dificultad, califican al país: "Este país . de m...", colocándose fuera del mistao a los efectos de la adjetivación. Y la verdad es que el país lo único que tiene de eso son ellos: los tilingos.

EL racismo es otra forma frecuente de la tilinguería.
Recuerdo que cuando cayó Frondizi, uno de esos tilingos racistas me dijo, en medio de su euforia:
-¡Por fin cayó el italiano! Se quedó un poco perplejo cuando yo le contesté:
-¡Sí!, lo volteó Poggi.
Muchos estábamos enfrentados a Frondizi; pero es bueno que no nos confundan con estos otros que al margen de la realidad argentina, tan italiana en el presidente como en el general que lo volteó, sólo se guiaban por los esquemas de su tilinguería.

Ernesto Sábato, con buen humor, pero tal vez respirando por la herida, ha dicho en Sobre héroes y tumbas más o menos lo siguiente: "Más vale descender de un chanchero de Bayona llamado Vignau, que de un profesor de filosofía napolitano". La cita me chocó en mi trasfondo tilingo (fui a la misma escuela y leí la misma literatura) porque tengo una abuela bearnesa también Vignau, tal vez más que por lo de Bayona, por lo de chanchero (vuelvo a recordar que fui a la misma escuela, etcétera).

La verdad que ni el presidente ni el general son italianos. Simplemente son argentinos de esta Argentina real que los liberales apuraron cortando las raíces.

Pero la idea liberal o sarmientina no era ésa. Ella tenía, y tiene, una escala de valores raciales que se identifican por los apellidos cuando son extranjeros. Arriba están los nórdicos -con escandinavos, anglosajones y germánicos-; después siguen los franceses; y después los bearneses y los vascos; más abajo los españoles y los italianos, y al último, muy lejos, los turcos y los judíos. Cuando yo era chiquilín nunca oí nombrar a un inglés -que generalmente era irlandés, pero la diferencia era muy sutil para entonces- sin decir "Don", aunque estuviera "mamao hasta las patas". El francés, a veces, ligaba el Don; y en ocasiones, el vasco. Jamás el español, que era "gallego de...", lo mismo que el italiano "gringo de...". ¡Para qué hablar del turco y del ruso.'

En La condición del extranjero en América, Sarmiento parece revisar sus tesis sobre la inmigración. Pero no nos engañemos: se sintió defraudado por la misma porque vino del Mediodía de Europa. El hubiera querido una inmigración de arquetipos, y los arquetipos son los que estaban en lo alto de su escalera antiamericana y antiespañola.

Afortunadamente fracasó, y eso es lo que nos ha salvado como nación. En algún lugar he recordado las palabras de Hornero Manzi cuando me dijo:
-Lo que nos ha salvado es la actitud del italiano y el turco, que en lugar de proponerse como arquetipos, propusieron como tal al gaucho; así, en el ridículo del cocoliche se nacionalizaron en lugar de desnacionalizarnos.
Sólo falta imaginar lo que hubiera ocurrido si las pampas y las aldeas se hubieran poblado de los ejemplares arquetipos deseados por ese racismo, con la actitud de obsecuencia de las generaciones liberales para todo lo foráneo.
Ya se ha dicho que esa tilinguería racista viene de lejos.
Pero se acentúa cuando se producen cambios sociales. Entonces, la tilinguería se exacerba en una peyorativa actitud racista. Pasó con el acceso al poder del radicalismo. Los tilingos de entonces cargaron el acento sobre los apellidos italianos de la nueva promoción política suscitada con el ascenso de la clase media: la pequeña burguesía inmigratoria y los doctores de primera napa nacional.

La oposición conservadora adoptó un aire peyorativo que se tradujo en toda una literatura política, que fue del periódico -La Mañana y La Fronda, sucesivamente, fueron sus expresiones más calificadas- hasta el discurso parlamentario. Se jugaba, por ejemplo, con la equívoca significación de algunos apellidos; así, la triple fórmula Coulom-Coulin-Culacciatti, que integraba, con la igual finalidad peyorativa hacia los criollos desconocidos, don Julio del C. Moreno -un personaje riojano- completaba el ridículo en la imagen anal. Hasta cuando el apellido era patricio se lo modificaba para ponerlo a tono: así, padeciendo Yrigoyen de un posible mal de las vías urinarias, el doctor Meabe, su médico de cabecera, se convertía en el doctor Meabene para adecuarlo a la cita siguiente que era la de un correligionario de la 3a Don Plácido Meo.


En realidad, para los que lo escribían no se trataba de otra cosa que de un recurso humorístico. Pero para el tilingo de entonces el fundamento más real, el que más invocaba, el que más jugaba, era ese de los "gringos", Y lo de "gringos" sólo jugaba para los descendientes de inmigrantes provenientes del Mediodía de Europa. No para los otros.

Pasó mucha agua bajo los puentes, y vino otro movimiento multitudinario: el de 1945. Ya los gringos se habían incorporado y su presencia política no lesionaba a la tilinguería, no sé si es porque de las nuevas promociones ascendentes habían salido también promociones de tilingos. Sólo así puede explicarse que un hijo de italianos -Sammartino- haya hablado despectivamente de los "negros" al referirse al "aluvión zoológico", en una caracterización evidentemente racial y peyorativa, cuando aún estaba fresca la tinta que lo había calificado a él también peyorativamente.

Que "el gringuito" de unos pocos años atrás se sienta vieja clase frente a los descendientes de los conquistadores en la confrontación de sus apellidos no revela simplemente que "el gringuito" se ha incorporado a la tilinguería. Lo grave es que se ha frustrado como guarango. Y la guaranguería es la espontaneidad de las nuevas clases, de las promociones que irrumpen con cada ascenso de la sociedad, porque los dos grandes movimientos populares del siglo -el de 1914-16 y el de 1943-45- han sido la expresión de eso: de ascensos masivos.

No corresponde aquí desentrañar las raíces económico-sociales de los dos hechos históricos; ni siquiera la coincidencia con las dos guerras mundiales que nos aislaron de los países arquetipos en una neutralidad intolerable para los tilingos, pero que dio las bases para una consolidación propia.

Usted puede hacer un fácil test. Yo lo he hecho.
Sé que un fulano se ha gastado 15 millones de pesos en un departamento de la Avenida del Libertador. Nos encontramos y le adivino la intención de informarme de su compra, como corresponde al guarango. Pero yo quiero saber si está frustrado como tal y lo madrugo diciéndole antes de que me dé la noticia:

-Estoy muy afligido por un amigo que se ha gastado más de 10 millones en un departamento de la Avenida del Libertador...
-¿Y por qué se aflige? -me pregunta inquieto. Le contesto:
-Y... porque la Avenida del Libertador no es "bien"...
-Pero entonces..., ¿qué es "bien"? -pregunta desesperado.
-"Bien" es de la plaza San Martín hasta la Recoleta, de Santa Fe al Bajo. Y dentro de ese radio. "bien", "muy bien", el codo aristocrático de Arroyo, como dice Mallea: Juncal, Guido, Parera. . .

Le veo en la cara al hombre que está desesperado. Y entonces, lo remato:
-La Avenida del Libertador es como tener un leopardo de tapicería sobre el respaldo del asiento trasero del coche.

El leopardo lo tiró a la vuelta. Del departamento no sé.

Pienso que lo hecho es una crueldad, pero la investigación "científica" es así... cruel como la vivisección.

Yo quería saber si el hombre era un burgués con toda la barba o un tímido burguesito en camino de terminar en tilingo. El que es verdaderamente burgués sigue adelante, cumple su gusto, se realiza con la arrogancia del vencedor y compra en la Avenida del Libertador, precisamente porque es caro, porque acredita su victoria y la prestigia ante los burgueses. Si quiere barrio, compra; y si quiere apellido y mujer distinguida, compra también. Podría citar casos. Pero no se achica, se disminuye; no se acomoda a los esquemas y limitaciones de los tilingos.

De aquí que mientras en Europa y en Estados Unidos un banquero o un industrial miran a un ganadero como un "juntabosta", aquí el ganadero lo mira por arriba del hombro al empresario. Y el empresario, que quiere ser "bien", se ve obligado a comprar estancia, a tener cabaña -así sea de perros-, porque sólo por la Rural, y tal vez por el Kennel Club, puede lograr ascenso social que apetece.

Lógicamente esta burguesía, desde que imita a la vieja clase, se somete a todas sus normas y, por consecuencia, también en política.
Ese sometimiento y esa adhesión a las viejas clases -incongruente económicamente- no sólo se ejerce verticalmente. También horizontalmente, cuando contemplamos la geografía social del país.
Así, los titulares de los intereses vitivinícolas de Cuyo y los tabacaleros, azucareros y fruticultores del Norte, que necesitan un mercado interno de alto poder de compra -es decir, que el Litoral desarrolle una política de alto nivel de vida-, están ligados políticamente a los conservadores del Litoral, gobernados por cabañeros e invernadores cuya tendencia es producir a bajo costo en un mercado de poco poder adquisitivo para cumplir la función asignada en la división internacional del trabajo como abastecedores ultramarinos de las metrópolis. Esta incongruencia es difícil de explicar, pero no son ajenos a ella el prestigio social del Litoral y la incapacidad burguesa de los del interior en los respectivos grupos patronales. Esta gente de Cuyo y del Norte es muchas veces portadora de apellidos españoles de abolengo arribeño, de mucho mayor cotización histórica que los abajeños del puerto. Pero queriendo asimilarse a la alta clase del puerto se han sometido a las normas políticas e ideológicas de los principales. De "bien" provincianos, quieren ser "bien" en la Capital. ¿Cómo extrañar entonces que los guarangos frustrados del Litoral se hagan tilingos, si la misma tilinguería la padecen muchos aristocráticos descendientes de la Conquista por el Perú?
La tilinguería cotiza una marca de vino, un tabaco, un pomelo, o una palta, muy por debajo de un toro lleno de medallas. Se entra muy bien en la alta sociedad llevando de la rienda al toro, pero es difícil mostrando una botella de vino por lujosa que sea la etiqueta, por más sugestiones de chateau que evoque, tanto en la presentación como en la exquisita calidad del producto.
A un cuarto de siglo de la entrada del país al capitalismo, debemos recordar que el capitalismo naciente en la Argentina fue ajeno en sus hombres al hecho histórico que lo provocaba, produciéndose la paradoja de que le correspondiese a la clase obrera abrir la etapa del desarrollo económico burgués. Más aún: la nueva burguesía sigue aún incapacitada para jugar su papel, y es precisamente porque en la medida que asciende, pierde conciencia de su propia realidad para hacer suya la imagen de importancia que le presenta el tilingo. Se queda en el "medio pelo" y, rechazando el triunfo burgués, se adecúa al remedo, a la imitación de la alta clase con la que cree tomar contacto cuando se acomoda a la imagen de alta sociedad que le brindan los declasados.

Hubo un tiempo en que los venidos a menos económica y socialmente se jactaban de ser un pequeño sector domiciliado en el "Palacio de los Patos" de la calle Ugarteche. Ahora se han multiplicado. desde detrás de la Recoleta hasta San Fernando, a lo largo de las vías del Central Argentino. (Lo designo así porque la nueva nominación ferroviaria es completamente tilinga, aunque la hayan hecho los guarangos, lo que prueba que, en esta materia, todos tenemos tejado de vidrio.)
Landrú ha identificado perfectamente los personajes describiendo en el "gordi" y el "mersa" la oposición tilinguería-guaranguería. El botellero próspero, con su Valiant resplandeciente, es feliz echándole soda al vino de marca, ocupando las mesas de los restaurantes caros, hablando fuerte de lo que dijo-"su señora", mientras "cena". Está en el camino de constituir una burguesía. Todavía no tiene conciencia de que constituye un sector de la sociedad correspondiente a una etapa de la economía, y no ha alcanzado a comprender la correspondencia de sus intereses personales con los intereses de su grupo. Hijo de sus aptitudes capitalistas -aunque muchas veces también más de la inflación que de su capacidad, o de equívocas actividades comerciales-, está en el camino de constituir una burguesía. Pero en el momento de definirse como burgués y adquirir la psicología correspondiente, nota el contraste de sus gustos y normas con lo que es "bien". Desde que se ha mudado al barrio Norte, desde Gerli o Quilmes, y la "señora" ha olvidado la batea deslumbrada por la máquina de lavar, ha hecho nuevos contactos que le dan la idea de una meta social que tiene que alcanzar. Comienza él también a añorar la época en que "el servicio daba gusto" y en que el obrero -el "negro"- se mantenía "donde debe estar". Olvida de inmediato que es precisamente ese cambio el padre de su prosperidad y de su posibilidad de acceso a niveles más altos. Más aún. que el mantenimiento de ese cambio y su profundización es su única garantía. Quiere dejar de ser "mersa" y sólo logra ser "gordi". E inmediatamente tiene el complejo político del "gordi", a quien comienza a imitar.

Y comienza a imitar a una imitación, tomando por modelo las malas copias. Porque la tilinguería constituida por las "gordis" no es ni remotamente la alta clase a la que cree aproximarse.

Desde la época en que los declasados se refugiaban en la calle Ugarteche, todo el "Norte" liminar se ha llenado de falsos declasados. Se ha constituido un sector social entero que vive en la convención de que "todo tiempo pasado fue mejor" en aquella "Jauja" retrospectiva -"cuando la tía Leonor tenía Lando"-; de miles de familias que se aterran al recuerdo de un ascendiente que figuró algo en la segunda y la tercera línea de los amanuenses de la oligarquía, Descendientes de militares -un oficio generalmente despreciado por la alta clase-, de secretarios de juzgados, directores de oficinas, bancarios pueblerinos y hasta de conscriptos de Curu-malal, se han construido imaginativamente un pasado señoril que tratan de revivir en una vida forzada que absorbe casi todos sus recursos en gastos de representación.


DOLORES CACUANGO

DOLORES CACUANGO

DOLORES CACUANGO
Nació en 1881 en Cayambe, Provincia de Pichincha. Le llaman “Mama Dulu”, fue líder indígena que dedicó su vida a defender el derecho a la tierra y a la lengua quichua para su pueblo.

Nunca fue a la escuela, el español aprendió en Quito cuando trabajó como empleada doméstica. Entre sus anécdotas, se cuenta que se aprendió de memoria el Código de Trabajo y que le dijo a un ministro de Gobierno: "Vos Ministro mientes, cambias contenidos del Código de Trabajo porque estás de parte de patrones."
Formó sindicatos agrícolas en Pesillo y en comunidades cercanas. En 1944 junto a Tránsito Amaguaña y Jesús Gualavisí , un dirigente de la comunidad de Juan Montalvo, fundó la primera organización indígena del Ecuador, la Federación Ecuatoriana de Indios (FEI).

Hace más de cinco décadas, en 1945, sin reconocimiento oficial, fundó la primera escuela bilingüe (quichua-español). Luisa Gómez de la Torre, profesora del Colegio Mejía y compañera de Dolores en el Partido Comunista, respaldó su idea y entregaba a los profesores 20 sucres mensuales de su bolsillo. Las escuelas seguían los programas del Ministerio, pero también introducían elementos de la cultura indígena. Luis Catucuamba es el único sobreviviente de sus tres hijos y fue uno de los que más apoyaron a su madre en su trabajo.   

Por la presión de los terratenientes, que rechazaban la educación de los indios y del Gobierno que veía en las escuelas “focos comunistas”, la Junta Militar, en 1963, prohibió el quichua para la instrucción de los niños.

Dolores Cacuango murió en 1971, sin vislumbrar esperanza de rehacer su trabajo. Cuando el Ministerio de Educación creó la Dirección de Educación Indígena Bilingüe Intercultural en 1989, la perspectiva era otra: ahora se trataba de rescatar el quichua y la cultura indígena que estaban perdiéndose.

En 1998, la Asamblea Nacional Constituyente reconoció el derecho de las nacionalidades indígenas del Ecuador a contar con el sistema de educación intercultural bilingüe. Actualmente, la CONAIE ha decidido fortalecer la DINEIB y la educación intercultural bilingüe para que sirva a los objetivos con los que fue creada. En el Proyecto de Educación Bilingüe viene participando también la Federación de Indígenas Evangélicos (FEINE).


Actualmente la primera Escuela de Mujeres Líderes, lleva su nombre.

Citamos algunas frases de Dolores Cacuango:

"Somos como la paja de páramo que se arranca y vuelve a crecer... y de paja de páramo sembraremos el mundo"

“A natural unidos como a poncho tejido, patrón no podrá doblegar”

“Esta es la vida, un día mil muriendo, mil naciendo, mil muriendo, mil renaciendo. así es la vida”.

“Nosotros somos como los granos de quinua si estamos solos, el viento lleva lejos. Pero si estamos unidos en un costal, nada hace el viento. Bamboleará, pero no nos hará caer”

“Primero el pueblo, primero los campesinos, los indios, los negros, y mulatos. Todos son compañeros. Por todos hemos luchado sin bajar la cabeza, siempre en el mismo camino”

“Si muero, muero, pero uno siquiera ha de quedar para seguir, para continuar”

“Siempre comprendí el valor de la escuela. Por eso les mandé a mis hijos a la escuela más cercana, para que aprendan la letra”



sábado, 11 de noviembre de 2017

HISTORIA DEL TENEDOR

HISTORIA DEL TENEDOR

HISTORIA DEL TENEDOR
Aunque los orígenes parece que no están demasiado claros, la mayor parte de los documentos consultados coinciden en que el tenedor, puede tener su origen en el siglo XI, como un pincho, de un solo diente (aunque hay quienes afirman que podría haber sido de dos), que mandó fabricar una Princesa Bizantina llamada Teodora, hija del Emperador de Bizancio, Constantino Ducas.

Este utensilio, fue fabricado para poder llevarse los alimentos a la boca, sin necesidad de tener que utilizar las manos. Cuentan, algunos autores, que este "pincho" fue fabricado en oro puro.

Pero sus comienzos no fueron fáciles. Este nuevo instrumento, proveniente de Constantinopla, sufrió un rechazo generalizado, por diversos tipo de razones, aunque la principal fue por la falta de pericia de quienes lo utilizaban. Las habilidades mostradas con el tenedor por muchas personas no eran dignas de elogio. Se pinchaban la lengua, las encías, los labios ... lo utilizaban a modo de mondadientes, para rascar y hurgar ... Llego a denominarse "instrumento diabólico" por San Pedro de Damián, quien consideraba demasiado refinada la utilización del tenedor en las comidas.

La Princesa Teodora, contrae matrimonio con Doménico Selvo, hijo del Gran Duque de Venecia, y trata de imponer en la corte este nuevo utensilio, conocido como "fourchette", que viene a significar "pincho". Pero como indicamos anteriormente, la fama de refinada y sofisticada de la Princesa, no cayó en gracia a sus cortesanos y el nuevo instrumento no tuvo ningún éxito. Pero este hecho tan pionero, para la época, tendrá repercusión unos siglos más tarde, no solo en Italia, sino en todo el mundo.

Parece ser, que el Rey Enrique III, fue uno de los precursores entre los años 1.574 a 1.589, tratando de extender el uso de este utensilio en su refinada corte francesa, con alguna pequeña variante respecto del modelo original de la Princesa Teodora, pues contaba con dos dientes y un mango algo más amplio.

En el siglo XVII, y como avance a su generalización en toda Europa (finales del XVIII y principios del XIX), el descubridor y experto viajero Británico Mr. Thomas Coyat, en uno de sus viajes a Italia conoce este nuevo utensilio. En alguno de sus diarios pueden recogerse referencias a este nuevo cubierto: "Muchos italianos se sirven de un "pincho" para no tocar los alimentos, para comer los espagueti, para tomar la carne ... No es nada refinado comer con las manos, pues aseguran que no todas las personas tienen las manos limpias". Y ante el asombro de todos, Mr. Coyat, se lleva esta costumbre a la tradicional Inglaterra.
 
Por qué los italianos se asustan ante quien toca la comida con las manos? Aunque fueron pioneros en Europa, ellos comían siglos atrás como lo hacen todavía en la vieja Europa, sin que por ello faltasen a las reglas de cortesía o de etiqueta; el único instrumento válido para ingerir la comida eran las manos.
Todos ellos venían preparados (la carne troceada, incluso) para tomarse con las puntas de los dedos, sin que por ello se considerase una ofensa al buen gusto. Además se contaba con una sería de normas, como limpiarse después de cada plato los dedos, y no chupárselos. Enrique III de Francia, precursor en Europa del uso del tenedor, establece uno de los primeros códigos de buenas maneras en el que podemos encontrar lagunas normas o consejos sobre el comer con las manos: "Tomar la carne con tres dedos, sin tomar pedazos grandes que no quepan en la boca, y evitar tener demasiado tiempo las manos en el plato".
Con posterioridad a Enrique III, Carlos V de Francia, en un viaje a Venecia descubre el uso del tenedor. Pero dada su "fama" de afeminado y refinado, fue considerado un objeto cursi y de personas afeminadas.
En Europa podemos decir que su uso se generaliza a partir de finales del siglo XVIII o principios del XIX, dependiendo de los países, extendiéndose después al resto del mundo, en muchos de cuyos lugares se utilizan utensilios similares.
En España, aunque su uso se generaliza al principio del siglo XIX, se tienen algunas referencias del siglo XIV, en el que los maestros trinchadores ya utilizaban un gancho o pincho, del que se hace referencia en la obra "Arte Cisoria" de 1.423, donde el Marqués de Villena hace esta descripción: "Utensilio de tres puntas, donde la primera tiene dos, y sirve para sujetar la carne que se ha de cortar, o para la cosa que ha de tomarse". También, se cuenta que el Emperador Carlos V lo había utilizado en ciertas ocasiones, y que Felipe III, fue otro de los descubridores del tenedor en España allá por el siglo XVII.
La primera industria que comenzó a fabricar estos nuevos utensilios en España, se ubicó en Barcelona, a principios del siglo XIX.


ANTIKYTHIRA, LA PRIMERA CALCULADORA DE LA HISTORIA

ANTIKYTHIRA,  LA PRIMERA CALCULADORA DE LA HISTORIA


ANTIKYTHIRA,  LA PRIMERA CALCULADORA DE LA HISTORIA
La calculadora Antikythira, que es la primera en la historia de la humanidad, es uno de los objetos de estudio de la II Conferencia Internacional de la Tecnología de la antigua Grecia que se celebra en Atenas desde el 17 hasta el 21 de octubre.

Este complejo mecanismo, encontrado en 1901 en el lugar de un naufragio de un buque en el año 80 a.c en la isla griega de Antikythira, guarda un misterio puesto que el mecanismo de precisión que utilizaba era desconocido hasta el S.XVI a.c.

El aparato consta de una tabla diferencial rotatoria con una serie de dientes y ruedas que se entrelazaban, y que probablemente era usado por los griegos de la Antigua Grecia para dar la posición anual de las estrellas y los planetas.

En el año 1900 unos buceadores encontraron los restos de un barco de al menos 2.000 años de antigüedad, cargado de tesoros y procedente de la isla griega de Anticitera. Contenía estatuas de bronce y mármol, y es posible que estuviera viajando hacia Roma cuando naufragó (alrededor del año 65 a.C.). entre su cargamento se encontró una masa de madera y bronce. El metal estaba tan corroído que tan sólo pudo verse con dificultad que se trataba de ruedas de engranaje y escalas grabadas. Pero en 1954 Derek J. De Solía Price, de la universidad de Cambridge, pudo finalmente deducir que se trataba de un antiguo mecanismo de cálculo análogo, mucho más adelantado que todo lo que hubo en Europa por espacio de varios siglos. En realidad, cuando estaba nuevo, el mecanismo "debió de parecerse mucho a un buen reloj mecánico moderno".

El mecanismo estaba compuesto de por lo menos 20 ruedas de engranaje, apoyadas en una serie de placas de bronce, todo ello montado dentro de una caja de madera. Cuando se daba vueltas a un mango que atravesaba el lado de la caja, las manecillas se movían a velocidades diferentes sobre esferas protegidas por unas puertecillas. Las inscripciones explicaban cómo manejar el aparato y cómo interpretar lo que marcaban las esferas.

El mecanismo indicaba el movimiento de los cuerpos celestes: el Sol, la Luna y los planetas que pueden verse sin ayuda de aparatos ópticos, como Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno. Señalaba sus posiciones relativas en el cielo con gran exactitud. Las manecillas indicaban también la hora.

En palabras de Price, "en ningún lugar se ha conservado nada similar a este instrumento. De ningún texto científico o alusión literaria se conoce nada comparable a esto". Continúa diciendo que "parece probable que la tradición de Anticitera formara parte de un amplio corpus de conocimientos que se perdió para nosotros, pero que conocieron los árabes", ya que siglos más tarde éstos construyeron calendarios mecánicos e inspiraron a los constructores de relojes de la Europa medieval.

Fuente: EFE / Atenas


viernes, 10 de noviembre de 2017

CARTA DE BELGRANO A SAN MARTIN Felicita por la victoria de Maipú

CARTA DE BELGRANO A SAN MARTIN Felicita por la victoria de Maipú

CARTA DE BELGRANO A SAN MARTIN Felicita por la victoria de Maipú
SAN MARTÍN le había escrito a BELGRANO dándole noticia de su victoria en los campos de Maipú.

El 20 de abril de 1818, el vencedor de Tucumán, le responde al Libertador.

En carta que ha recogido la Historia, expresa:  Excelentísimo señor: Señor: Nunca se manifiesta el sol con más brillantez y alegría que después de una tempestad furiosa. El azaroso acontecimiento del 19 de marzo, en los campos de Talca, le dio palpablemente el último grado de importancia e inmortalidad al venturoso del 5 del corriente, en los campos de Maipú, del que me habla V. E. en la suya del 8 del mismo. Al enemigo, fascinado en aquél, no se le ocurrió, por lo visto, que aun existía el general San Martín y que, capaz de transmitir su heroísmo al último de sus subalternos, haría prodigios aun con la espada al cuello. Él, sin duda, contó con que V. E. sería el primero que arrastrase su carro triunfal auxiliado de los jefes que le secundaban, pero, la copa de la felicidad jamás se concedió a un orgullo presuntuoso: encontró su ruina y su vergüenza, donde creyó dar con su gloria y exaltación. Circunscribo los plácemes que doy a V. E., a la extensión de mi característica sinceridad, ya que no se me ofrecen expresiones que los signifiquen del modo más adecuado, complaciéndome la infalibilidad, de que la nación en masa, entrando yo en parte, elevará en el centro de su corazón, el monumento de eterna gratitud que inmortalice al héroe de los Andes. Tampoco olvidará a los dignos hijos suyos, jefes, subalternos, oficiales y tropa que acompañaron a V. E. en la brillante jornada: todos son acreedores a una memoria perpetua, vivirán, como me lisonjeo, la vida eterna de la nación.
Dios guarde a V. E. muchos años.-
Tucumán, 20 de abril de 1818.

Manuel Belgrano.

jueves, 2 de noviembre de 2017

MARGARITA PORETE Quemada viva por la Inquisición por su amor a Dios

MARGARITA PORETE Quemada viva por la Inquisición por su amor a Dios

MARGARITA PORETE Quemada viva por la Inquisición por su amor a Dios
Margarita Porete, o Marguerite Porrette, o la Porette, fue una mística francesa de la corriente de las beguinas, autora de El espejo de las almas simples, libro de mística cristiana centrado en la noción del amor divino
No sabemos casi nada de su vida, pero lo poco que sabemos revela una mujer extraordinaria.
Margarita Porete fue una joven beguina nacida a mediados del siglo XIII que dedicó su vida a escribir sobre el amor totalmente desinteresado hacia Dios. Margarita se unía a una de las corrientes místicas medievales que se basaba en un diálogo directo con Dios y en una exaltación de su amor sin condiciones. 

El 1 junio de 1310, en la plaza de Grève de París, donde actualmente está el Ayuntamiento, era quemada en la hoguera una joven beguina acusada de haber escrito y difundido mensajes heréticos.
MARGARITA PORETE Quemada viva por la Inquisición por su amor a Dios
Todos sus pensamientos, sentimientos y experiencias místicas los plasmó en un libro titulado El Espejo de las Almas Simples.

Con reflexiones profundas puestas en boca del Amor, el Alma o la Razón, Margarita ahondaba en la necesidad de dejarlo todo y no esperar nada en su camino de perfección.
MARGARITA PORETE Quemada viva por la Inquisición por su amor a Dios
En sus propias palabras: El Alma, convertida en nada, sabe todo y no sabe nada.

Las palabras de Margarita la llevarían primero a la excomunión y más tarde a la hoguera de la Inquisición. En su convencimiento de no estar cometiendo ningún acto contrario a la ortodoxia religiosa, Margarita desestimó las oportunidades que se le brindaron para retractarse de sus propias palabras, a las que fue fiel hasta su muerte.

En 1306, el obispo de Cambrai, Guido II, hacía quemar en la plaza pública de Valenciennes el Espejo, lo que suponía su prohibición bajo pena de excomunión. Más tarde fue la propia Margarita la que fue perseguida. Permaneció un año y medio en prisión. Durante este tiempo en que continuó creyendo en su inocencia, se negó a comparecer ante un tribunal eclesiástico.

A pesar de que algunos clérigos defendieron a Margarita, nada se pudo hacer para que en 1310 fuera entregada al brazo secular de la Inquisición quien la condenó a morir quemada viva, sentencia que se cumplía poco tiempo después.

Tras la condena y ejecución de Margarita, su libro no desapareció. Durante mucho tiempo aparecieron copias por distintos lugares de Europa sin apuntar su autoría. Tuvieron que pasar más de seis siglos para que en 1946 se identificara a Margarita como la autora de uno de los libros místicos más importantes de la Edad Media. 




viernes, 27 de octubre de 2017

EVITA PERÓN: "NOS SOBRAN ALCAHUETES Y NOS FALTAN REVOLUCIONARIOS"

EVITA PERÓN: "NOS SOBRAN ALCAHUETES Y NOS FALTAN REVOLUCIONARIOS"

EVITA PERÓN: NOS SOBRAN ALCAHUETES Y NOS FALTAN REVOLUCIONARIOS"

Cafiero que fue un joven ministro del segundo gobierno de Perón contó una anécdota con Evita que sucedió cuando ella se encontraba enferma y guardaba cama gran parte del  tiempo. Alguien le había dicho erróneamente al ministro que Perón vería con buenos ojos que designara al Coronel Benito Bernalcázar en algún puesto dependiente de su ministerio por lo que lo designó en la Junta Nacional de Carnes.
Eva lo mandó a llamar a la Residencia y lo encaró duramente porque era contraria a esa designación acusando al coronel de traidor y también le advierte, sabiendo los vínculos de Cafiero con la Iglesia, que sus amigos clericales andaban conspirando contra el gobierno, aunque Cafiero no lo dice es posible que este cuestionamiento también haya sido una advertencia para el mismo ministro.
Eva le disparó la siguiente contundente frase: “¿Se acuerda que le dije de mi esperanza en usted y en los jóvenes? No se equivoque, Cafiero usted es uno de esos jóvenes. No quisiera que me defraude…”.
El ministro intentó explicar que el designado era cercano a Perón y Eva lo cortó diciendo: “-Cercano, nada, Cafiero. ¿Sabe cuántos traidores hay al lado de Perón? ¿O usted no sabe que nos sobran alcahuetes y nos faltan revolucionarios? Usted es joven, pero no es tonto ¿Sabe usted lo que significa lealtad?”.
Luego continuó con un párrafo que podríamos considerar profético: “-¿Sabe lo que yo sería capaz de hacer por Perón? Ahora mismo, mandaría al diablo a los médicos que no me curan y me iría de rodillas a Luján a rezar por el General. Porque él es la única esperanza de este pueblo. La única razón de ser de los pobres y humildes de la Patria. Sin él, los oligarcas y los vendepatrias van a vivir la hora de la venganza. Acuérdese de lo que le estoy diciendo. Usted lo va a ver y yo no. Esa es mi única tristeza”.
El golpe de estado de 1955 le dio la razón, a continuación le mostró parte del escrito que se conocería como “Mi mensaje”, como mucho después de su muerte se dudó sobre la veracidad de este texto, esta mención de Cafiero confirma su existencia.
Al mostrarle ese trabajo le dijo: “-Vea, estoy escribiendo algunas cosas antes de morir para advertir al pueblo los días que vienen y los peligros que corren…”.
Cafiero reflexionó: “Adiviné su escritura despareja y alterada en cada una de las hojas. Me leyó textos que me sobresaltaron. Eran muy duros, casi incendiarios, contra los militares y ciertas jerarquías de la Iglesia”.
Luego de la reunión Cafiero fue a la casa de sus padres a almorzar, mientras estaba comiendo recibió una llamada de Eva que se disculpó por haber hablado con bastante dureza y se disculpó: “-Cafiero, le pido perdón. No he estado bien con usted. Quiero que sepa que yo soy muy católica. Que tengo tres devociones en mi vida: la virgen de Luján, el General Perón y los trabajadores argentinos…Pero hay curas… y hay militares traidores que se dicen peronistas. Ellos están agazapados a la espera del zarpazo que nos arranque estos años de felicidad… Nunca se olvide de esto… Sea siempre leal a Perón… La lealtad es el mayor valor de los peronistas. Por eso, el 17 de octubre, nuestro día, es el Día de la Lealtad…Comprenda mi enojo… Mi amor por Perón y el pueblo pueden más que todo…”.

En ese momento rompió en llanto, fue la última vez que Cafiero habló con ella, que a continuación procedió a suspender la designación del funcionario cuestionado.